Primero comencemos con el hambre ¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que pasa en nuestro organismo para sentir hambre? Cuando nuestro cuerpo pide “combustible” nos invade una sensación de comer de forma inmediata y a veces compulsiva (cada vez es más común por el estrés de la vida diaria).
Hay diferentes planteamientos científicos acerca del hambre, si bien hay pequeñas diferencias entre unos y otros, la mayoría coinciden que es el hipotálamo el cual forma parte del encéfalo; de acuerdo a las primeras teorías fisiológicas (Smith, Sarason, Sarason, 1984) y son sus terminaciones nerviosas las que envían mensaje al estómago para indicar que está vacío o lleno.
Dicho hipotálamo cuenta con dos zonas específicas que participan en la regulación del apetito según (Gazzaniga, Steen y Volpe, 1979) hicieron estudios con animales a los que a propósito dañaron o estimularon con descargas eléctricas varias zonas del hipotálamo y obtuvieron diversas pruebas de que esta estructura participa en la regulación del apetito:
1) Área lateral (estimula la conducta orientada a comer)
2) Área ventromedial (inhibe la conducta orientada a comer)
Pero no solo esta parte del encéfalo tiene que ver con la regulación del apetito, otro estudioso considera que también los factores químicos desempeñan un papel fundamental en la regulación del apetito (Carlson, 1981), pues afirma que los sensores distribuidos en diversas partes del cuerpo, en el hígado y encéfalo, son sensibles a la cantidad de glucosa y otros nutrientes que circulan en la sangre.
Pero este tema del hambre y su regulación es más complejo de lo que se imagina, y esa es la razón por la que hay sobrepeso o lo contrario, que puede ser la anorexia. No solo es cuestión de controlar la fuerza de voluntad para mitigar la sensación de hambre, sino que son un conjunto de factores los que intervienen en el control del apetito, que muchas veces se tiene que recurrir a terapia psicológica para poder comprender los comportamientos y revisar qué sucede en la mente.
Se puede sentir más o menos hambre, pero ¿y si no es un problema del hipotálamo? ¿Qué es lo que hace que me dé mucha hambre?
La siguiente cita me parece una respuesta certera:
“El apetito lo regula una compleja interacción de factores genéticos, fisiológicos, cognoscitivos, sociales y de aprendizaje. Por ello pueden darse múltiples explicaciones a la obesidad; el conocimiento de las causas verdaderas es un asunto muy intrincado”. (Schachter, 1971).
Y la sed ¿por qué la sentimos?
Entre la respiración, sudor, heces, orina en promedio perdemos (o, mejor dicho, utilizamos) alrededor de dos litros de agua. Pero ¿qué es lo que indica que tenemos sed? Tenemos sensores que miden la concentración de líquidos y también controlan la ingestión de agua (Carlson, 1981; Cotman y McGaugh, 1980).
El primer tipo de sensores se encuentra en las venas y riñones, los cuales detectan el volumen de los líquidos que rodean a las células; entonces, cuando disminuye el volumen, los sensores transmiten señales a manera de impulsos al cerebro, lo que provoca la sensación de sed.
El segundo tipo de sensores se encuentra en el hipotálamo lateral miden los cambios de volumen de líquidos que están dentro de las células, por lo que cuando hay poca agua en el organismo, estos receptores y otras células vierten agua en la sangre. Cuando se ingieren líquidos, el agua rerorna a los receptores y desaparecen las sensaciones de sed.
Espero haya sido de utilidad este artículo. Sígueme para más temas.