“La letra “t” minúscula nos da una de las muestras más evidentes de la voluntad individual. En la “t”, el YO se ubica en un palote vertical, cruzado (o a veces no) por una barra horizontal indicadora de la proyección hacia los logros personales, dado que avanza hacia la derecha de forma espontánea y natural.
Aplicando en el grado de avance de la barra de la “t”, y como siempre, lo visto en las zonas simbólicas de la escritura, encontraremos a un sujeto inhibido, introvertido, reflexivo…” (Sandra María Cerro Jiménez).